Tras la regularización de cuentas en el extranjero que han realizado algunos de los contribuyentes que tenían activos fuera de España, se da la circunstancia que a algunos clientes de bancos suizos les siguen practicando una retención del 35% sobre los intereses de cuentas, depósitos y activos financieros.
¿Porqué Suiza retiene un 35%?
En el año 2004 Suiza firmó un acuerdo con los países miembros de la Unión Europea en el que se estableció que aplicaría dicho porcentaje de retención a los intereses de origen Suizo efectuados a favor de personas físicas residentes en el resto de estados miembros. A cambio de esta elevada retención que sopota el contribuyente obtiene la ventaja de mantener sus cuentas ocultas en Suiza, pues como es sabido, dicho país mantiene el secreto bancario.
¿Qué sucede con dicha retención?
Suiza se queda con el 25% de la recaudación generada y transfiere el 75% restante al estado en que reside fiscalmente el contribuyente. Es decir, de toda la recaudación anual que se obtiene con esas retenciones procedentes de ciudadanos españoles, Suiza se queda con una cuarta parte, y las tres cuartas partes van a parar a las arcas de la Agencia Tributaria Española, eso sí, España no puede preguntar de quien provienen. Aquí podríamos aplicar el viejo refrán de: “Dame pan y llámame tonto”.
¿Y si el contribuyente ha regularizado su situación, ahora qué?
Dado que dicho contribuyente ya no necesita mantener dichas cuentas bajo el secreto bancario esta situación le está perjudicando. Puede darse el caso de que un contribuyente español con cuentas en Suiza haya regularizado su situación con la Agencia Tributaria, pero desde Suiza le siguen practicando la retención del 35%, importe que a pesar de acogerse a lo dictado en los Convenios de Doble Imposición no puede recuperar en su totalidad.
Ahora bien, según al artículo 2 del acuerdo firmado por los estados miembros, el contribuyente español puede eludir dicha retención mediante una autorización expresa dirigida a su banco en Suiza para que notifique los pagos de intereses a la autoridad española. De esta forma, Suiza comunicará a España a quién le está pagando una determinada cantidad de intereses, pero el contribuyente conseguirá reducir su factura fiscal.