Reproduzco a continuación unas líneas de una entrevista realizada a Michel Porter en las que habla sobre la dificultad que tienen las empresas japonesas para implantar una estrategia. En mayor o menor medida, estas dificultades también las podemos encontrar en nuestras empresas:
Las empresas japonesas, por muchas razones históricas y culturales, son increíblemente hábiles para mejorar la eficacia operativa, pero se enfrentan a grandes obstáculos para desarrollar posiciones estratégicas claras. Copian rápidamente los nuevos productos, los nuevos servicios y los nuevos métodos utilizados por la competencia.
Si las realidades organizativas van en contra de la estrategia en Estados Unidos, estas cuestiones van doble o triplemente en contra de la estrategia en Japón. Japón es un país en el cual el consenso es una forma de vida. Es una sociedad muy igualitaria en la que hay pocos incentivos individuales y los directivos suelen sentir aversión al riesgo, ellos imitan y copian. El auténtico reto al que se enfrentan la empresas japonesas es que el desarrollo de estrategias reales exigirá un cambio cultural y organizativo de gran alcance. Actualmente, las empresas japonesas que cuentan con estrategias claras son pocas y muy dispares, y se las considera disidentes.
De las palabras de Michael Poter se infiere que una cosa es ser más eficiente y otra totalmente es tener una posición estratégica diferenciada. Se puede ser más eficiente, más productivo, pero no tener una estrategia definida.
- Estrategia es ser diferente, no necesariamente mejor, sino único.
- Estrategia es competir de una forma diferenciada a cómo lo hacen tus competidores.
- Copiar los mejores productos, servicios, o las mejores tecnologías no es estrategia.
- Estrategia es ir en contra del consenso, es desigualdad.
- Estrategia es asumir riesgos.
- La estrategia significa asumir cambios culturales y organizativos.
- Estrategia es disidencia.
¿Habéis tratado de hablar en un comité de dirección sobre la necesidad de tener una estrategia clara y diferenciada? Si lo hacéis os mirarán poco menos que como a un loco. Os dirán que vuestras ideas son revolucionarias y que significarían el cierre de la empresa. Por eso tener una estrategia es algo tan poderoso para una empresa, porque va en contra del sentido común, porque es más sencillo para un directivo equivocarse haciendo lo que hacen todos los demás, que equivocarse haciendo algo nuevo y diferente. Si te equivocas haciendo lo que hacen todos, o lo que todos esperan, tu puesto de trabajo no corre peligro.
Así que si una empresa tiene el coraje de ser diferente y aporta valor a sus clientes, tiene su futuro asegurado.