La notificación por comparecencia es una forma especial de notificar que puede utilizar la administración tributaria cuando hayan resultado infructuosas las demás gestiones.
Este supuesto solo puede utilizarse cuando no sea posible efectuar la notificación al contribuyente por causas no imputables a la administración, entre las que hay que destacar distintos supuestos:
- Cuando los interesados son desconocidos.
- Cuando el domicilio es incorrecto.
- Cuando el interesado se encuentra ausente.
Según el artículo 112 de la LGT se realizarán al menos 2 intentos de notificación y se harán constar en el expediente las circunstancias de los intentos fallidos. Será suficiente un solo intento cuando el destinatario conste como desconocido en el dicho domicilio o la dirección sea incorrecta.
Una vez realizados los intentos de notificación necesarios sin éxito, se procederá cuando ello sea posible a dejar al destinatario aviso de llegada en el correspondiente casillero domiciliario, indicándole la posibilidad de personación ante la dependencia de la administración al objeto de hacerle entrega del acto.
Sin embargo, hasta la fecha existía disparidad de criterios en los distintos TEAR regionales, y en alguna ocasión se le atribuía el mismo tratamiento a la calificación de “desconocido” que a la de “ausente”, con la aplicación de las mismas normas de procedimiento. La cuestión que se planteaba conflictiva era determinar si, en los casos en los que el intento de notificación personal resulta infructuoso por “desconocido”, o por “dirección incorrecta” era necesario un segundo intento de notificación.
DESCONOCIDO
El TEAC en resolución de fecha 25 febrero 2016, en unificación de criterio, no considera necesario un segundo intento de notificación antes de acudir la notificación por comparecencia.
El criterio queda fijado de la siguiente forma:
Fijación de criterio TEAC
“En el caso de que una vez intentada la notificación, el destinatario resultara desconocido en el domicilio o lugar habilitado para tal fin, será suficiente un solo intento de entrega y no procede exigir, para considerar válido ese intento de notificación personal, que se deje además aviso de llegada en el buzón o casillero domiciliario del destinatario, pues éste figura en el mismo como desconocido.”
Es una decisión en principio muy coherente, pues si el destinatario es desconocido en el domicilio de entrega de la notificación, parece que no tenga mucho sentido que la persona encargada de hacer la entrega vuelva en otra ocasión a realizar la notificación.
Pérdida de garantías
No obstante y desde la experiencia, he podido comprobar que en no pocas situaciones se le otorga al contribuyente el calificativo de “desconocido” cuando no lo es en realidad. En ocasiones, y sólo por citar algunos casos, un cartero “novato” se confunde de dirección – ejemplo éste que ocurre en casos de domicilios con nombres muy similares-, o puede suceder que en el buzón del contribuyente no se encuentra claramente identificado el destinatario. Si, por el contrario, el encargado de entregar la notificación tuviera que volver en una segunda ocasión, quizá podría advertir un error, una confusión, o simplemente advertir circunstancias en las que no había reparado la primera vez.
DIRECCION INCORRECTA
Según la normativa citada, cuando la dirección sea incorrecta, bastaría un solo intento de notificación. Sin embargo los Tribunales no han mantenido una posición unánime sobre los intentos de notificación que se deben realizar por parte de la Administración en este supuesto.
Muchas sentencias inciden en la necesidad de realizar un segundo intento de notificación para verificar si el primer intento ha sido correctamente efectuado o si por el contrario, el intento de notificación se ha llevado a cabo cometiendo en algún tipo de error. Por ello, con carácter previo a acudir a otros sistemas de notificación, resulta conveniente, dicen la jurisprudencia, “abordar un segundo intento de notificación antes de acudir a la notificación edictal o por comparecencia.”
Fijación de criterio TEAC:
Los actos administrativos derivados de los procedimientos iniciados de oficio, respecto de los cuales la Administración haya practicado dos intentos de notificación, debidamente acreditados en el domicilio fiscal, de acuerdo con lo señalado en el artículo 112.1 LGT habiendo resultado tales intentos infructuosos con el resultado de “dirección incorrecta” puede aducirse a la notificación mediante comparecencia al no ser posible la notificación por causas no imputables a la Administración, siempre y cuando la Administración no tenga constancia de ningún otro domicilio en el cual podría llevarse a efecto la notificación, en cuyo caso, habría que realizar otro intento en el mismo con el fin de cumplir los requisitos fijados por nuestra jurisprudencia antes de acudir a un medio subsidiario como es la notificación por comparecencia. (Sentencia 25 de febrero 2.016)
Incluso en algunas ocasiones, habiéndose practicado un doble intento de notificación con el resultado de dirección incorrecta, no se ha considerado correcta la notificación edictal o por comparecencia, por no reunir los intentos de notificación los suficientes requisitos de garantía y diligencia por parte del operador de correos.
AUSENTE
Encontrarse ausente del domicilio es el único supuesto en el que la normativa sí contempla expresamente la necesidad de un segundo intento de notificación que se deberá efectuar en “una hora distinta dentro de los tres días siguientes.”
La expresión “dentro de los tres días siguientes” implica que para que sea válida la notificación por comparecencia, el segundo intento de notificación personal, debe efectuarse en un día distinto a aquel en el que se ha llevado a cabo el primer intento de notificación, no siendo admisible que los dos intentos tengan lugar el mismo día, debiendo de existir además una diferencia hora entre ambos de al menos sesenta minutos.
Llegado el caso hay que estudiar si la Administración desplegó la actividad razonablemente necesaria para tratar de averiguar el domicilio del interesado, pues la notificación por edictos requiere que se agoten otras modalidades de notificación que aseguren la recepción de la notificación.