En una sentencia histórica, el Tribunal Supremo ha rechazado el recurso presentado por la Abogacía del Estado y ha confirmado la absolución de Xabi Alonso en el caso de delito fiscal.
Este caso empezó a raíz de la cesión de la explotación de los derechos de imagen del futbolista a una sociedad con sede en Madeira.
¿Simulación para evadir impuestos?
Los hechos se centran en un contrato firmado el 1 de agosto de 2009, mediante el cual Xabi Alonso cedió la explotación de sus derechos de imagen a una empresa en Madeira.
La Abogacía del Estado sostenía que este contrato era una simulación diseñada para evadir impuestos, ocultando así los ingresos relacionados con los derechos de imagen del futbolista.
Pero el Tribunal Supremo hace una distinción crucial entre el proceso penal que involucra a Xabi Alonso y otros casos de futbolistas profesionales condenados previamente por la Audiencia Provincial de Barcelona.
Limitaciones del proceso
En esos casos, los acusados fueron condenados en primera instancia, lo que diferencia de forma importante la situación del futbolista absuelto, cuya absolución fue confirmada en instancias posteriores.
La Abogacía del Estado buscaba revocar la sentencia absolutoria y ordenar un nuevo juicio o emitir una sentencia condenatoria.
Sin embargo, para el Tribunal Supremo las limitaciones for males del recurso de casación hacen que sea imposible transformar una sentencia absolutoria en una condenatoria.
Argumentos en contra
El Tribunal también cuestiona algunos argumentos presentados como defensa, como la existencia de facturación por parte de la sociedad del futbolista, afirmando el Tribunal que la facturación por sí sola no prueba la actividad comercial legítima de una sociedad.
La ubicación geográfica y la falta de actividad laboral realizada por empleados de la empresa pueden ser indicios de evasión fiscal.
Intención fraudulenta
La sentencia destaca la importancia de distinguir entre la omisión de la declaración tributaria y la creación de una estructura empresarial para ocultar ingresos. También señala que las discrepancias legales entre un contribuyente y la Hacienda Pública acerca de cuánto impuesto pagar no deben convertirse en un caso de delito fiscal. El delito fiscal solo se configura cuando se demuestra una intención fraudulenta.
Este fallo del Tribunal Supremo no solo aclara el caso de Xabi Alonso, sino que también establece precedentes en la interpretación y aplicación de la ley en casos de delito fiscal, destacando la necesidad de demostrar una intención fraudulenta clara para que se configure un delito fiscal.